Disputa sobre la Inmaculada Concepción
Carlo Portelli
PINTURA
Ficha técnica
- Autor: Carlo Portelli
- Fecha: 1566
- Colección: PINTURA
- Técnica: Óleo sobre panel de madera
- Dimensiones: 415 x 247 cm (con marco)
- Catálogo: Inv. 1890 nùm. 4630
La obra
La obra representa una alegoría del dogma de la Inmaculada Concepción. La composición gira en torno al eje central, donde Dios Padre aparece en lo alto, señalando a la Virgen el Cordero místico, símbolo del sacrificio de Cristo. María se sube al árbol del bien y del mal, y aplasta a la serpiente con el pie. Inmediatamente debajo, Eva está representada desnuda y de espaldas, señalando al observador el triste destino de Adán con su herramienta de trabajo. La Virgen es así la nueva Eva, que redime a la humanidad del pecado original de los dos progenitores. Esta interpretación también está respaldada por el pasaje del Apocalipsis escrito en griego en el pergamino del Cordero Místico, por las inscripciones en hebreo de los libros de los reyes David y Salomón (tomadas de los Salmos y del Cantar de los Cantares, respectivamente) y por las profecías en latín incluidas en los pergaminos de las sibilas pérsica y libia.
El retablo estaba destinado al altar de la Inmaculada Concepción de la iglesia franciscana de San Salvatore di Ognissanti de Florencia, fundado por Orlando Tapía, un español seguidor de Leonor de Toledo. La Gran Duquesa contribuyó de manera significativa a la difusión del dogma de la Inmaculada Concepción en Toscana, que contaba con el firme apoyo de la orden franciscana y de la corte española, aunque en aquella época aún no había sido oficializado por la Iglesia.
El cuadro lleva la firma del autor Carlo Portelli y la fecha de 1566, y muestra los rasgos típicos de este pintor manierista: las figuras alargadas, los estudiados «contrapposti», el equilibrado contrapunto de colores. Lo que más llama la atención es el cuerpo blanquísimo de Eva, cuya desnudez, considerada indecorosa, suscitó acaloradas críticas ya en el siglo XVI, lo que llevó a retirar el retablo de su altar en 1671 y a añadir un abrigo de piel para cubrir la figura, que se eliminó durante la última restauración.