• Autor: Paolo Uccello
• Fecha: 1460 – 1465 aprox.
• Colección: PINTURA
• Técnica: Témpera sobre lienzo
• Dimensiones: 96 x 126 cm (con marco)
• Catálogo: Inv. 1890 nùm. 5381

En un escarpado paisaje rocoso, poblado de monjes empeñados en diversas actividades, reconocemos algunos episodios ejemplares de la vida ascética: a la izquierda, en primer plano, la Virgen se aparece a san Bernardo; al otro lado, un santo monje (Benito o Romualdo) sentado en un púlpito se afana en leer un texto a sus hermanos oyentes; en la gruta del centro, reconocemos a san Jerónimo penitente; inmediatamente por encima, en el saliente rocoso, san Francisco recibe los estigmas. Aunque tradicionalmente se ha interpretado como una Tebaida -una representación de los santos anacoretas que se retiraron a vivir al desierto egipcio en torno a la ciudad de Tebas durante los primeros siglos del cristianismo-, la temática del cuadro parece más bien una celebración de la vida monástica en general, incluida la que llevan las órdenes religiosas más extendidas en la Edad Moderna. Por lo tanto, es posible que el comitente desconocido hubiese querido actualizar la iconografía de la Tebaida añadiendo escenas y santos más familiares para él.

El cuadro procede del monasterio vallombrosiano de San Giorgio alla Costa, en Florencia, y pudo haber estado destinado a la cofradía de la Buca di San Girolamo di notte, cuyos miembros se reunían en algunas salas del convento para la práctica nocturna de la penitencia, o al cercano monasterio de terciarias franciscanas que lleva el nombre de los santos Jerónimo y Francisco.

Se trata de una obra de la madurez de Paolo Uccello, uno de los protagonistas del primer Renacimiento florentino, intérprete original de la perspectiva de Brunelleschi, que empleó de forma excesiva y alienante. De hecho, en la vista del desierto, la inclusión de ciertos detalles de perspectiva, como los claros perfectamente circulares de árboles, hacen que la atmósfera del paisaje sea surrealista e inquietante.